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Frédéric Borel

Ciclo de conferencias: Vivienda colectiva al servicio de la vida

Comentarista: Arnoldo Rivkin

Hoy escucharemos a Frédéric Borel cuya obra ha sido objeto de numerosos premios, distinciones y publicaciones, (basta consultar la lista en Internet). Solo señalaré en esta breve presentación la muestra sobre su obra que acaba de realizarse en el centro de exposiciones de Paris La Cité de l’architecture bajo el titulo de Paisajes de excelencia, (el mismo centro donde se realizará en estos días la exposición del proyecto ganador de premio Mies van der Rohe de Lacaton Vassal)

Sin duda los proyectos de Borel pueden aparecer como la expresión de un des-constructivismo, bien diferente de los proyectos mas austeros de Vassal. Esta diferencia en los aspectos formales no invalida que, tanto en los unos como en los otros, el espacio de la vivienda social aparezca rico en luz y paisaje y sobre todo abierto a las apropiaciones más diversas.

En estas conferencias no se trata de ordenar las arquitecturas por estilos formales sino de penetrar en los proyectos, proceso de concepción y/o de invención que abre nuevos sentidos al hecho de habitar.

Desde las primeras paginas del tratado de Vitruvio se habla del signo en arquitectura. Sin embargo, habría dos maneras de encarar la significación en arquitectura.

De un lado esta la manera de codificar los edificios como signos representativos de estilos y/o visiones del mundo, de imágenes exteriores, Así trabaja la semiología, la sociología, la epistemología, todas disciplinas que exteriores a la arquitectura sirven para interpretar lo que hacen los otros.

Del lado opuesto está la manera por la cual el arquitecto es capaz de producir significados nuevos en el espacio habitable. La manera en que una inteligibilidad nueva del espacio abierta a la vida aparece en el mundo concreto. De un lado están los diversos comentadores, del otro lado los arquitectos que inventan.

En ese sentido el caso de Borel es particularmente interesante dado a su capacidad en hacer que los espacios de las viviendas, de sus prolongaciones en el espacio publico trasciendan la pura representación de sus proyectos haciendo existir en el medio del caos urbano contemporáneo paisajes de excelencia.

Tanto en Francia, como acá (y en el resto del mundo), las burocracias, las corporaciones el poder financiero, se escudan en las reglamentaciones más absurdas para impedir que estas ideas que estos paisajes formen parte de la vida cotidiana del más grande numero de gente.

Solo la obstinada fuerza creativa de Borel ha logrado que más allá del negocio inmobiliaria o del acto administrativo, la fuerza plástica de sus ideas llegue a encarnarse en un nuevo paisaje urbano abierto a la vida.

“Ya en la planta el arquitecto es artista plástico”, decía Le Corbusier. Frase capital si se comprende que en toda obra plástica la materia no se retira de la forma, sino que la termina, la refuerza. Como en el Moisés de Miguel Ángel el mármol reafirma la forma de la escultura, en los proyectos de Borel, la materia de los edificios, incluido el vacío que los separa, intensifica la calidad singular de su espacio.