Marcelo Faiden

Marcelo Faiden

Ciclo de conferencias: Vivienda colectiva al servicio de la vida

Comentarista: Arnoldo Rivkin

Terminar esta serie con la conferencia de Marcelo Faiden es significativo porque permite de encuadrarlas volviendo a la Argentina y más precisamente a la UNLaM.

Sobre los antecedentes de Faiden o de Adamo y Faiden basta señalar, dentro de sus numerosas realizaciones el premio del edificio de Bonpland como ganador de la obra del año 2020, una obra profesional que es considerada por ellos en continuidad a su actividad de docencia e investigación. Lejos de un pensamiento proyectual abstracto sus proyectos aparecen como partes de una metodología de prueba que promueve soluciones reales. Modelo de arquitecto capaz de sintetizar “reorganización material” y “especulación intelectual”. Esto y no una supuesta analogía formal es lo que explica su afinidad con la obra de Lacaton Vassal.

Actualidad de su obra

Con respecto al lugar (más generalmente de Argentina en el mundo). Entrevista que realizamos juntos con Anne Lacaton con Mario Roberto Álvarez, mas que una anécdota circunstancial, más que un momento social, permitió de fijar lazos profundos. Lo que permitió el encuentro es descubrir que lo que la singularidad nacional de la arquitectura argentina no reside en un fantasma regionalista, ni en un cholulismo que se limita a copiar al mundo, sino en su capacidad de participar de igual a igual a la actualidad del mundo.

La prueba: cuando le preguntamos a Mario Roberto Álvarez cuales eran sus referencias, no dijo ni Gropius y la Bauhaus, ni Le Corbusier y el purismo, sino Auguste Choisy y sus axonométricas invertidas. Sus referencias eran las mismas que inspiraban a Le Corbusier. Argentina no es nunca más Argentina que cuando hace lo que requiere la época sin copiar a nadie.

Que de Princeton pasen a la UNLaM muestra que más allá de los prejuicios, la UNLaM puede estar al mismo nivel que las mejores universidades de los EEUU.

Con respecto a su época.

Parten de una constancia de la realidad argentina de estas ultimas décadas En la medida que la calidad de nuestro entorno territorial fue desmejorando sistemáticamente, la arquitectura ha ido dando señales de vitalidad. No en los grandes proyectos institucionales sino en una red de pequeños proyectos.

Una hipótesis para explicar esta situación es la toma de poder en el campo político financiero y en los concierne académico de grandes aparatos ideológicos que abstractos por definición pierden el control real de las fuerzas inventivas propias al proyecto de arquitectura, una fuerza productiva insumisa a las instituciones burocráticas que pretenden dominarla.

En otros términos, en lugar de someterse a la abstracción de un proyecto urbano que considera la ciudad como una combinación de cajas vistas desde afuera, el proyecto arquitectónico considerado de adentro hacia afuera abre a la urbanidad del espacio desde adentro mismo de la vivienda.

Cuando Marcelo Faiden define la arquitectura como “infraestructura para el acontecimiento”, es porque considera que la “urbanidad del espacio” empieza en la vivienda misma y en su espacio interior.

Alberti lo decía en su tratado: “Si algunos filósofos consideran la ciudad como una gran casa, es porque la casa es antes una pequeña ciudad”. El estar es una plaza, las habitaciones son pequeños edificios que flotan en ese espacio. A mediados del siglo XIX Cerda el autor del ensanche de Barcelona definirá la casa como una “pequeña urbe”. Colquhoun usará en los 60 la frase de Alberti para explicar la arquitectura del Team X. La referencia de Koolhaas al Bigness, retoma esta definición de la arquitectura como una ciudad, aunque demasiado atada al problema del tamaño.

Faiden retoma el tema en una línea más domestica, repitiendo la consigna de Lacaton Vassal, el espacio urbano empieza cuando uno sale del baño.

El desafío al que no invita esta postura significa apostar a un proyecto de vivienda colectiva que, de adentro hacia afuera, proceda como invención que por acumulación sucesiva sea capaz de transformar el futuro hábitat de nuestra sociedad construyéndolo en el presente.

Frédéric Borel

Frédéric Borel

Ciclo de conferencias: Vivienda colectiva al servicio de la vida

Comentarista: Arnoldo Rivkin

Hoy escucharemos a Frédéric Borel cuya obra ha sido objeto de numerosos premios, distinciones y publicaciones, (basta consultar la lista en Internet). Solo señalaré en esta breve presentación la muestra sobre su obra que acaba de realizarse en el centro de exposiciones de Paris La Cité de l’architecture bajo el titulo de Paisajes de excelencia, (el mismo centro donde se realizará en estos días la exposición del proyecto ganador de premio Mies van der Rohe de Lacaton Vassal)

Sin duda los proyectos de Borel pueden aparecer como la expresión de un des-constructivismo, bien diferente de los proyectos mas austeros de Vassal. Esta diferencia en los aspectos formales no invalida que, tanto en los unos como en los otros, el espacio de la vivienda social aparezca rico en luz y paisaje y sobre todo abierto a las apropiaciones más diversas.

En estas conferencias no se trata de ordenar las arquitecturas por estilos formales sino de penetrar en los proyectos, proceso de concepción y/o de invención que abre nuevos sentidos al hecho de habitar.

Desde las primeras paginas del tratado de Vitruvio se habla del signo en arquitectura. Sin embargo, habría dos maneras de encarar la significación en arquitectura.

De un lado esta la manera de codificar los edificios como signos representativos de estilos y/o visiones del mundo, de imágenes exteriores, Así trabaja la semiología, la sociología, la epistemología, todas disciplinas que exteriores a la arquitectura sirven para interpretar lo que hacen los otros.

Del lado opuesto está la manera por la cual el arquitecto es capaz de producir significados nuevos en el espacio habitable. La manera en que una inteligibilidad nueva del espacio abierta a la vida aparece en el mundo concreto. De un lado están los diversos comentadores, del otro lado los arquitectos que inventan.

En ese sentido el caso de Borel es particularmente interesante dado a su capacidad en hacer que los espacios de las viviendas, de sus prolongaciones en el espacio publico trasciendan la pura representación de sus proyectos haciendo existir en el medio del caos urbano contemporáneo paisajes de excelencia.

Tanto en Francia, como acá (y en el resto del mundo), las burocracias, las corporaciones el poder financiero, se escudan en las reglamentaciones más absurdas para impedir que estas ideas que estos paisajes formen parte de la vida cotidiana del más grande numero de gente.

Solo la obstinada fuerza creativa de Borel ha logrado que más allá del negocio inmobiliaria o del acto administrativo, la fuerza plástica de sus ideas llegue a encarnarse en un nuevo paisaje urbano abierto a la vida.

“Ya en la planta el arquitecto es artista plástico”, decía Le Corbusier. Frase capital si se comprende que en toda obra plástica la materia no se retira de la forma, sino que la termina, la refuerza. Como en el Moisés de Miguel Ángel el mármol reafirma la forma de la escultura, en los proyectos de Borel, la materia de los edificios, incluido el vacío que los separa, intensifica la calidad singular de su espacio.